Trabajar solo con datos propios es la alternativa para avisadores y agencias.
A principios de año, Google anunció que para 2022 prohibiría todas las cookies de terceros en su navegador Chrome, lo que impacta a la mayor parte del tráfico de Internet. “Nuestro objetivo para esta iniciativa de código abierto es hacer la web más privada y segura para los usuarios, mientras seguimos igualmente apoyando a los publishers. Después de las primeras conversaciones con la comunidad web, estamos seguros que con una constante iteración y retroalimentación, los mecanismos de preservación de la privacidad y estándar abierto como Privacy Sandbox pueden mantener una web saludable y sustentada por anuncios de una manera que haga obsoletas las cookies de terceros”, explican desde Google Chile.
El anuncio era esperado por la industria del marketing digital, aunque provoca cierta preocupación. “Claramente estamos entrando en una nueva era de la publicidad digital que nos ofrece la oportunidad de reinventarnos, pudiendo poner el consentimiento del consumidor y la transparencia al frente. Si bien la decisión de Google expresa un interés por la privacidad y experiencia de usuario, no podemos omitir el hecho de que es una evidencia más de que los Walled-Gardens se siguen amurallando y eso va en detrimento del tan deseado enfoque de datos “agnóstico”. Mientras publishers y walled-gardens tengan sus propias opciones de seguimiento del consumidor, la posibilidad de que podamos proporcionar una conversación fluida con el consumidor a través de plataformas y dispositivos, se reduce”, advierte Celeste Devechi, Digital Hub Lead de Unilever.
Gloria Lobos, gerente general de Initiative, apunta que “hoy en día las cookies de 3ra fuente son elementos básicos para la creación de audiencias. El uso de ellas permite una mayor individualización de las audiencias traducida en conocimiento de sus comportamientos, sus gustos, sus necesidades etc. facilitando con ello que las marcas conozcan cada vez más a sus usuarios, consumidores o como denominamos en digital, audiencias. Por lo cual esta medida podría resultar un gran cambio sobre la industria, que obligaría a los otros participantes (anunciantes y agencias como mínimo) a buscar nuevas tecnologías que les permitan reemplazar los datos de audiencias que no se tendrán y así no deshacer lo ya construido y caminado”.